lunes, 9 de julio de 2012

Esperando por Amelia...

Aún no llega mi Amelita, estoy demasiado ansiosa, o un poco aburrida de estar con la tremenda panza, jejeje. Debe ser una mezcla de ambas cosas, pero más lo primero, muero por ver la carita de mi hija, sentir que su manito aprieta la mía, ver como abre sus ojitos con curiosidad de este mundo extra-uterino,  sentir su olorcito, ahhhhhhhh quiero tener a mi beba pronto. Estoy a un día de la semana 39, ya no queda prácticamente nada. Para despejar mi mente he estado lavando y ordenando su ropita, tengo la maleta lista para irme a la clínica, la silla de bebé está instalada en el auto, le tengo casi listo su moisés para que duerma en la misma habitación que nosotros, mientras crece y me pongo menos aprehensiva, le he leído el principito, le he cantado, recitado e incluso me puse a hacer un dibujo imaginándola. He soñado varias veces con ella, en la mayoría de las ocasiones la veo grande (1-2 años), sin embargo el otro día la soñé recién nacida. Fue un sueño "cuático": 

Amelita salía de mí y una enfermera la recibía, yo sentía una especie de alivio y creía que la enfermera se la llevaría para limpiarla, pesarla, hacerle algún chequeo, qué sé yo. Pero no, la enfermera se dirigía a mí y me decía que le tenía que dar de mamar, a lo cual yo me asustaba porque pensaba: "y eso cómo se hace? a mi nadie me enseñó a hacer eso!", la enfermera me leía la mente y me decía que no me preocupara, que sólo la acercara a mi de a poco y que la acomodara cerca de mi pecho. Yo, en mi mejor intento de ser madre seguía las instrucciones, me destapaba el pecho y la acercaba a mi lentamente, y a medida que acercaba a Amelita, ella comenzaba a abrir su boquita linda, mientras yo pensaba: "ayyyyy esto me va a doler, auxilio, en que lío me metí", pero me armaba de valentía y me animaba pensando que si toooodas (o gran mayoría) de las mujeres habían sobrevivido a tal experiencia, por que yo no?. Entonces cerraba mis ojos y dejaba que Amelita se colgara de mi pecho mientras mi ardilla seguía dando vueltas "me saldrá leche?", y si no me sale, que voy a hacer, como la alimentaré?", "debería haberme hecho esos masajes para pezones, pero no, por porfiada me pasa y creerme el cuento que mis pechos son lo suficientemente grandes para poder amamantar, arggg". Abría mis ojos y me daba cuenta que Amelita estaba ensimismada con el pecho, entonces por curiosidad la alejaba suavemente de mí para verificar qué tanto succionaba con tal fascinación, y he ahí, un hilillo abundante de leche salía de mi pecho izquierdo sin detenerse por un segundo, dos segundos, tres, cuatro, cinco, seis, esto no se detiene!!!...."Dios mío, como hago para detener esto, se puede detener de alguna forma? andaré chorreando leche todo el tiempo?". Entonces fue que desperté, muerta de risa y sintiendome una real vaca lechera.