domingo, 23 de septiembre de 2012

Septiembre tricolor

Ya estamos en la segunda mitad de septiembre y el feriado de fiestas patrias ha sido uno de los más largos que tengo memoria. El ambiente de esta fecha es inconfundible, el aroma a asado se percibe en todas partes, la brisa comienza a soplar más fuerte lo cual es especialmente favorable para encumbrar volantines, son fechas en que despierta el patriotismo izándose como bandera en cada casa, es como si todos anduviesemos alegres e inventando excusas por las cuales festejar, que si no es por la patria, será porque sobrevivimos a agosto y es que claro, la llegada de la primavera nos hace florecer las ganas de vivir y disfrutar el resto del año, con la esperanza que lo peor ya pasó y el sol comenzará a alumbrar más, literal y metafóricamente hablando.

A Regis le dieron feriado la semana completa, así que ha sido un tiempo sólo para nosotros tres, regaloneando, saliendo a pasear, compartiendo con seres queridos o simplemente flojear en casa. Por Dios cómo necesitábamos un tiempo así. Han ocurrido tantas cosas, entre las ocupaciones de nuestra guatoncita y dramas familiares. Sí, no fue cualquier cosa lidiar con el infarto que le dio a mi mamá, entre otros problemillas colaterales, teniendo una chiquitita recién nacida. Sin embargo no me puedo quejar, hasta aquí todo ha ido mejorando, mi mamá se ha ido recuperando y aunque no todo esta dicho, pues debe volver a intervenirse, está la esperanza que todo saldrá bien, como ya he dicho, el Sol nos alumbrará.

He tenido intenciones de escribir aquí o en el cuaderno de Amelita en un sin número de ocasiones, tengo ganas de contar, relatar y/o desembuchar muchas ideas, emociones y pataletas varias, pero no he tenido respiro hasta esta semana, en que todo parece estar más sereno. Espero estos días hayan sido suficiente para recargar las pilas, que a partir de mañana ya comienza el ajetreo nuevamente. Y yo, estoy dispuesta a salir a encumbrar, encumbrar ... fe y esperanza.