Como ya se me ha hecho una costumbre, lo
primero que hago al entrar al supermercado, es darme una vuelta rápida por la
sección de películas y libros en oferta, en ocasiones hay algo que me llama la
atención y lo llevo. Como el otro día cuando mis ojitos se cruzaron con la
imagen de ese payaso de frente amplia, rostro blanco, cabello enmarañado y rojo, como su nariz. Ahhhhhh como olvidar al payaso que
me hizo temerle al resto de los del gremio cuando estaba dejando la infancia y
vi aquella película llamada: IT. "Aquí abajo todos flotan, y cuando estés
conmigo, también flotarás", fue lo primero que me vino a la mente, acto
seguido la tomé en mis manos, se la enseñé a Regis y con mi mejor intento de
voz tétrica le repetí esas palabras. Su expresión corporal fue la mejor
respuesta, desconocía su existencia y como estaba a un tentador precio de
$1.990 (poco menos de US 4), fue dejado inmediatamente en el carrito de
compras.
Anoche la vimos, Regis por primera vez y yo por
segunda. La primera vez que la vi fue por tv abierta, no recuerdo que canal,
pero hubiera jurado que la transmitieron en dos partes, una exclusivamente de
la época de niños y otra ya de maduros. De hecho estoy convencida porque
recuerdo que me encanto la primera parte, ya que todos los niños pertenecientes
al club de los perdedores sobrevivíeron a Pennywise, inclusive el niño que me
gustó en ese entonces. Luego cuando vi la segunda parte, recuerdo que fue una
desilusión por dos razones. La primera es que dos de los niños cuando grandes
fallecieron y la segunda es que el niño que me gustaba había, para mi lamento,
crecido y convertido en un hombre feo que resultó ser el primero en morir (se
suicidó). No se si el canal la habrá editado para transmitirla en la forma en
que recuerdo, dividida en 2 épocas, niños y adultos, pero ahora que la volví a
ver me di cuenta que inclusive se inicia la historia con los protagonistas ya
adultos.
En fin, fue bueno ver la peli nuevamente y de
paso enterarme (ignorante de mi) que la historia está adaptada de la novela del
mismo nombre escrita por Stephen King, escritor que no he leído y que prometo
leer pues he visto un montón de películas basadas en sus libros y siempre me
han gustado. Fue extraño ver de nuevo a Stan Uris (versión niño)
que me encantó cuando pequeña, pero lo más extraño fue darme cuenta que en ese
niño existía una característica que es común en el resto de personajes que me
gustaron de más grandecita, jejeje. Bueno no hay gran cantidad realmente, pero aplicando
un poco de estadística básica, poco más del 70% de los chicos que me han
gustado han sido marcadamente escépticos, como Stan, de hecho estoy casada con
uno, la pregunta es ¿por qué?. Recuerdo habérselo preguntado a una amiga, ¿por
qué me atraen ateos si soy cristiana?. Me respondió algo así como: es por tu
anhelo de querer convertirlos o hacerlos creer. En ese entonces me pareció
gracioso, pero me hacía sentido. Hace un tiempo, le comenté a Regis acerca de
lo bien que nos llevamos a pesar de ser tan opuestos en algunas cosas, como por
ejemplo, la creencia en la (in)existencia de Dios. Me respondió con un cliché:
Polos opuestos se atraen. Me volvió hacer sentido su respuesta. En otra ocasión
me respondió con argumentos evolutivos (si, tiendo a hacer más de una vez una
misma pregunta, para medir consecuencia, evolución del pensamiento o
simplemente refrescar mi memoria). Me mencionó que puede haber un factor
genético detrás de la elección de nuestras parejas, casi como si fuésemos
simples hospederos de genes, subyugados inconscientemente y que no somos
nosotros en forma consciente sino ellos quienes se escogen, de ser esto cierto,
en nuestro caso, nuestras diferencias aseguran variabilidad genética para
nuestra descendencia, lo cual es ventajoso para dicha generación. Argumento que
por supuesto yo rebatía con el factor "ambiente" e interacción
"genotipo x ambiente", que también influyen en el fenotipo de cada
cual. Luego me pregunté, ¿qué factor externo a mis genes podría estar
influenciando esta atracción hacia lo escéptico?
-Repetir el patrón de mi
madre, que siendo católica (de las de verdad, que van a misa y todo) se fijó en
un hombre ateo, quien luego de unos años “extraordinariamente” se convirtió al
cristianismo…..mmmmm sí, podría ser.
-Buscar en mi pareja a un
padre, lo cual es un tanto difícil, sin contar el escepticismo inicial de mi
padre y el actual de Regis, no hay otra cosa en la que se asemejen, tienen
temperamentos, personalidades y comportamientos absolutamente diferentes…. a
menos que sólo aquello que no heredé de mi padre sea lo que busco en una
pareja.
Este último argumento me
llamó la atención, si sólo busco aquello que no logré heredar, es decir, el
escepticismo, de alguna u otra forma me convierte en crédula y yo, pese a mis
creencias espirituales me considero lo contrario. Por ejemplo, desde la
adolescencia me he cuestionado y muchas veces a cruzado mi cabeza la
posibilidad de la no existencia de Dios, en base a esas dudas han surgido mis teorias
acerca de la vida, he ajustado mis ideas y experiencia personal a lo único
asible entre manos que proviene de Dios. Esto ha permitido que mi creencia en
Dios sea inclusive más racional que puramente fe, …me falta fe, me lo ha dicho incluso
Regis en innumerables ocasiones y no me siento orgullosa de esto. Por el
contrario, cuando conocí a Regis, conocí a un hombre tan convencido de sus
teorías que era incapaz de cuestionarlas, razón por la cual cuando yo lo hacía
el se veía en la obligación de pensar en un respuesta rápida, tal vez era un desafío,
tal vez fue una de las cosas que le llamó la atención de mi, por esa razón su
primer recuerdo nítido de mi es cuando en medio de la masa científica expuse mi
incredulidad sobre la teoría de la evolución, aun recuerdo los ojos
excomulgadores mirándome como si fuese una hereje. He sentido muchas veces que
Regis es más creyente (con fe ciega) en la teoría de la evolución de lo que yo soy creyendo en
Dios. Por eso le he dicho que si fuera cristiano, sería mejor cristiano que yo.
Entonces es cuando me pregunto ¿quien trata de convencer a quien? ¿quién busco
al escéptico, el o yo?.
El creer en Dios sin duda
marca mi vida de tal forma que me cuestiono todo en base a eso, ¿por qué elegí
un hombre escéptico para mi vida?, tal vez porque lo quiero convencer de que
Dios existe, pero ¿por qué?, tal vez porque de esa forma (oscura, solapada e
inconscientemente) pueda convencerme de una vez por todas a mi misma.