Hoy volvi a Raleigh, y la sensacion que me embargó fue bastante extraña. Para empezar llegar fue como llegar a mi casa, una ciudad ya conocida, calles, edificios, tiendas, el sonido caracteristico de los pajaritos, especialmente el azul que aún lo siento afuera de mi habitación. Pero la diferencia en parte la marca la ausencia, no solo del mar de estudiantes que siempre se veía por estos lados en pleno semestre, sino de mis amigos de Chile, que ya se han ido, también mis amigos que hice acá están de vacaciones, uno en Virginia y otro en la playa, del resto ni idea, tampoco le he dicho a nadie que he llegado nuevamente.
Hoy que estuve haciendo un simulacro de maletas me doy cuenta que estoy al límite, lo mas probable es que me encuentren en sobrepeso (de maletas!). Mis dos maletas grandes pesan cada una poquito mas de 22 kg, segun una pesa media bruja que hay aca, que decir de mi bolso de mano, que parece una tercera maleta por lo pesada, esta a punto de estallar, ni que decir del bolso del pc, que va con juguetes nuevos pero puchas que pesa la lesera, ahhhh a ese bolsito tendré que echar dos de los peluches que si o si me llevo a Chile, mi osita con mariposa (regalo de una amiga que traje conmigo desde Chile) y otro osito blanco que dice "I love Chicago" que me lo regalaron apenas hoy.
Mañana tengo que ir a mi oficina a despejar todo, entregar mis llaves y el acceso a los edificios de la Universidad.
Ahora, tengo hambre nuevamente, se que es solo ansiedad, pero me da una soberana lata salir de mi cuarto, aunque....mejor salgo por ahi a comer alguna cosita, tal vez sea la ultima oportunidad de hacer un "refill" que no existe y nunca funciono en Chile (Obvio, actitud chilensis, siempre tratando de joderse al sistema!).
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