CHOCOLATE EN EL PALADAR

La historia cuenta que, el dios bondadoso de los aztecas, Quetzalcoatl, regaló a los hombres el árbol del cacao antes de ser expulsado del Paraíso. Con este fruto divino, los hombres lograrían vigor y fuerza. Ellos lo convirtieron además en su moneda, llamándolo "cacahuatl". La palabra chocolate es una adaptación de la palabra náhuatl xocolātl, que hacía referencia a una «bebida espumosa hecha de cacao» y cuyo significado literal es agua agria. Se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de la manipulación de las semillas del cacao: una materia sólida y una materia grasa. A partir de esta combinación básica, se elaboran los distintos tipos de chocolate, que dependen de la proporción entre estos elementos y de su mezcla o no con otros productos tales como leche y frutos secos.

Durante años el chocolate ha sido objeto de un sinfín de acusaciones. Desde fuente de vicio hasta origen de caries infantiles, pasando por adicciones incontrolables, problemas metabólicos, cefaleas o sobrepeso. Aunque el mito de la adicción al chocolate descansa sobre una base cierta de mecanismos fisiológicos y psicológicos, puede asegurarse que el chocolate no es una droga.

El cacao y sus derivados son alimentos que se toman con placer por su agradable sabor, palatabilidad y variedad, y que contienen además elementos beneficiosos para el organismo. Son ricos en grasas e hidratos de carbono, nutrientes que aportan energía al organismo. Sumado a las propiedades placenteras que se le ha atribuido al chocolate cada vez aparecen nuevos beneficios de este rico regalo de los “dioses” para nuestro organismo, como favorecer la circulación sanguínea cerebral (debido a los ¿flavonoides? además de ser una sustancia dulce y ha de tener glucosa que es el elemento vital para el cerebro), ayuda a evitar problemas cardiacos (evitar, evitar …no se, pero a pesar de contener un ácido graso saturado, este no aumenta el nivel de colesterol en la sangre), la tos podría tener en una sustancia del cacao un remedio eficaz además de ser ricos en antioxidantes (muy conocidos para los obsesionados con la “eterna juventud”), y el chocolate negro puede ayudar a controlar la tensión y reducir el estrés.

De mi experiencia, por varias razones siempre he evitado el chocolate, recuerdo que una vez un pololo me regalo una caja de bombones, los que me duraron “meses” (y eso que los compartía), por lo que nunca me considere adicta, ni senti la necesidad inmensa de tener en mi boca el sabor de este alimento (que algo debe tener de divino)…hasta que la tentacion por un chocolate la consume la otra noche en que estaba acostada viendo tv, y de pronto las ganas fueron tan grandes que me levante y fui a comprarme uno….me sentí una chocolate-dependiente o algo así…

La cuestión es que no he dejado de relacionar al chocolate con el amor, creo que están estrechamente vinculados, creo que si algún regalo hemos recibido de los dioses (o de Dios) ha sido el amor. El amor puede ser de varios tipos. Es tan placentero a veces, como un exquisito chocolate derretido en nuestras lenguas y tan toxico otras veces que nos puede producir dolor de cabeza, hasta ¿caries?. Para algunos el amor es casi una adicción, a otros cuando se sienten enamorados se les revuelve hasta el estomago y también los hay quienes creen que el amor se entrega a cambio de favores u cosas, como si fuese unas moneda azteca. Nadie podrá negar que el amor a veces engorda, he conocido varios que luego de matrimoniarse han perdido la linea y ganado kilitos (la razon?......ni idea), el buen amor es siempre bueno para el corazón, o por lo menos evita que se paralice y nos convirtamos en seres completamente frios y sin vida. Quien no ha observado a algun amigo (a) que luego de haber estado solo por algún tiempo, al encontrar a su media naranja no experimente una especie de rejuvenecimiento producto del amor?. Quien no ha experimentado el hecho de vivir cosas que a veces parecen terribles, pero en el amor de nuestro ser amado podemos encontrar la energía necesaria para pasar cualquier obstáculo que la vida nos coloque?....O simplemente, quien no ha regalado o recibido un mismísimo chocolate como símbolo de amor? ….

Una vez escuche a un científico decir que un chocolate derretido en nuestras lenguas era capaz de producir mayor placer que un beso apasionado…lo cierto es que siempre he creído que el amor mismo hay que saborearlo, lentamente, sin apuros, para gustar cada segundillo del sabor que va quedando junto a nuestro paladar cuando lo derretimos lentamente, haciéndolo durar, si bien no eternamente, pero por lo menos lo máximo que se pueda en nuestras vidas.

Fuente: Wikipedia y otros enlaces del Google