AMELIE v/s AMELITA

La otra vez, viendo un reportaje de ya no me acuerdo que cosa, me llamo notoriamente la atención la musiquita que esta pegadita a este post, fue como quedar obnubilada, como si cada sonido del piano fuera tocándome el alma (si, suena exagerado pero es a modo de bosquejar el como me hace sentir a veces la musica). La cuestión es que me puse a averiguar y di con la banda sonora de la película “Le fabuleux destin d’ Amélie Poulain” o simplemente “Amelie”. Fue justamente este nombre el que despertó mi curiosidad de saber de que trataba la película y grande fue mi sorpresa cuando la pude ver. No voy a mentir diciendo que me sentí calcadamente representada por la historia de la chica, pero si en gran parte por la personalidad y visión de vida que ella tenía. Algunas coincidencias como cuando niña jugaba con las cerezas colgándomelas como aros o cuando acompañaba a mi mama a comprar a un lugar donde venden frutos secos, legumbres, etc y tenía la manía de introducir mi mano en algún saco de lentejas, porotos o maíz. Similares me parecían las conversaciones que tenia la protagonista con el “hombre de cristal” a los que yo alguna vez tuve con mi propia persona (si, hablo conmigo misma, de hecho soy quien mas me cuestiono). Y no puedo dejar de mencionar los rollos que se pasaba por la mente cuando algo no le estaba saliendo al pie de la letra, como también sus intentos de fundamentar su “forma de ser” ante los demás (o ante ella misma para llegar al convencimiento absoluto de su buena elección de vida).

Si digo que fue el nombre de la protagonista el que me llamo la atención es porque aunque nadie de mi familia lo supiera, yo tenia una “amiga imaginaria”. La invente una vez que no daba más de hastío, cuando necesitaba desahogarme de mis tormentos internos, de hecho aún conservo algunos escritos dirigidos hacia alguien llamada “amelita” (o amelie, en frances). Siempre imaginaba que era algo asi como mi otro yo, en realidad siempre me senti enfrascada (como si mi personalidad retraida e interna quisiera escapar, a aquello interno visualizaba como amelita), especialmente en la epoca de adolescencia, que fue también cuando mas cartas le dirigí aquella “amiga imaginaria” que no era nadie mas que yo misma.


Casualidad? Tal vez sea coincidencia…pero me dieron ganas de contarlo..

(por cierto, por lo mismo a mi mascota virtual le puse “amelita” en honor a la amiga imaginaria que alguna vez tuve)