Con los comentarios de la entrada “paraplejia emocional” me quede pensando en algunas cosas.
El hombre es un ser de necesidades ilimitadas, así dicen los economistas, por lo mismo, entre mas tengamos, mas anhelaremos, nunca llegará el día en que podamos decir, “ok, estoy conforme con lo que tengo, ya no quiero agregar nada mas” y así vamos sumando deudas, la cuestión es tener un auto bonito, aparatos electrónicos de toda índole y ojalá del ultimo modelo, las mujeres algunas nos fanatizamos por alguna prenda de vestir en particular, algún cosmético, o algo para nuestro cuidado personal, las cremas mas caras, tinturas, pinturas y demases. Así nos vamos llenando de objetos que puedan satisfacer nuestras necesidades físicas y de paso algunas sicológicas que están directamente relacionadas con la “no aceptación” física, lo important es sentirse "atractivos" o por lo menos "aceptados" por los demas. Pero no tan solo tenemos necesidades materiales, tenemos de otro tipo, el hombre también necesita satisfacer a ese ser interno, llámese alma, espíritu, nuestro otro yo, nuestra sombra o como cada cual quiera llamarle. En la búsqueda de esta satisfacción algunos lo desembocan en la contemplación de la naturaleza, practica o disfrute de algún tipo de actividad artística o como es mi caso, la búsqueda de un ser Superior.
Pero si nos remitimos a nuestro diario vivir, desde que nos levantamos hasta que nos preparamos para dormir, si pusiéramos en una balanza todo lo que hacemos por el cuidado y la satisfacción de los requerimientos del cuerpo en el que habitamos, en contraste con lo que le brindamos a nuestra alma, seguro (sin querer generalizar) que la balanza se inclina hacia el aspecto material. ¿Cuánto cuidado y tiempo le brindamos a nuestra alma?
Hasta cierto punto es incluso aceptable, vivimos en un cuerpo material, en un mundo material y hay muchas razones por las cuales olvidarse que llevamos algo intangible, inmensurable, una esencia desconocida tal vez, dentro de nosotros. Muchas veces cuando realmente sentimos la existencia de ese ser interno, simplemente no lo expresamos por tener el temor de nos ser bien vistos, “aceptación”, nadie piensa mucho en ello, no son muchos los que se detienen a preguntar mas por la salud mental o espiritual, que solo la del cuerpo, pocos son los que logran percibir incluso cuado nosotros estamos en un estado anímico determinado y si lo perciben, muchos menos nos preguntaran el por que.
La vida es rápida, nos levantamos temprano a nuestros trabajos, estudios, o algún tipo de ocupación que cada cual cargue en si, con suerte nos despedimos con un sentido beso de quienes viven en nuestro hogar, con suerte quienes creemos en un Ser Superior, destinamos un tiempito antes de salir de casa para saludarle. Y así continúa nuestro día, ocupaciones, responsabilidades, metas que cumplir, logros por alcanzar nos ocupan a diario, y todas son cuestiones de la “realidad”. El resto es “irrealidad”, “fantasías”, “locuras”, “siutiquerías” que por tiempo, o por aceptación, no le brindamos el espacio necesario, el que se merece.
Pero realmente merece dedicación aquello interno?
Si, no hay mayor enfermedad, mayor herida, mayor vacío, mayor dolor, que cuando se trata del alma, de eso que nos conecta con nuestros sentimientos, emociones, eso que aunque le neguemos la existencia nos impulsa a diario a seguir adelante.
En los comentarios de citada entrada el sr anónimo me pregunto ¿ que cosa en nuestro interior o exterior no nos hace apreciar este amor tan inmenso de Dios hacia nuestras vidas?. Y yo sin querer restringir esta pregunta a solo los que creemos en Dios, la cambio por ¿Cuál es la razón en nosotros de no darle vida y expresión a nuestra alma?
En esto creo que las personas discapacitadas nos ganan por lejos. G. Carballo dijo: “ellos (la gente con alguna discapacidad física) nos enseñan que aún no hemos despertado y que nos falta mucho por aprender”. La respuesta que yo le di es que ellos poseen una mayor madurez espiritual, no se si sea el termino correcto pero creo que cuando una persona sufre alguna discapacidad de tipo físico, de cierta forma tiene su cuerpo negado, y aprende a dejarlo en un segundo plano, aprende a darse cuenta que el cuerpo es un simple envase, lo importante es lo que esta dentro de nosotros, que aunque nuestro cuerpo no cumpla nuestras ordenes cerebrales, a veces incluso es posible, por el anhelo y fuerza interna, ser capaz de recuperar funciones físicas. Para nacer hay que morir, y para hacer vivir el alma es necesario ir negando la carne poco a poco, de esta forma se le va dando vida a eso que llevamos dentro, además de la continua muerte de nuestro ego, que nos permitirá conectarnos nítidamente con quienes nos rodean….
No hagas de tu cuerpo, la tumba de tu alma (Pitágoras de Samos)