BIOGRAFÍA DE UN SUEÑO

Caminaba entre la muchedumbre de vuelta a casa, cuando te divise caminando por la acera de enfrente. Mire en ambas direcciones y aprovechando lo despejado de la calle atravesé sin sacarte los ojos de encima. Apenas me viste esbozaste una sonrisa y detuviste tu caminar, esperándome. De pronto estaba frente a ti y el mundo se detuvo a nuestro alrededor, durmió nuestro entorno y nuestros sentidos quedaron despiertos, atentos a cada estimulo, a cada gesto. El tiempo comenzó a hacerse mas lento y pude disfrutar de tu mirada eterna, profunda, electrizante. Me dijiste “buenos tardes, princesa” y me llenaste de magia y poesía. Me tomaste de los hombros con sutileza y posaste tus labios sobre los míos. Cerré mi ojos, dejándome llevar solo por el instinto, te bese como siempre, reconociéndote y luego sabiéndote mío, como si fuera la primera y última vez que podría hacerlo. Aun sin abrir mis ojos separamos nuestros labios, pero nuestras almas seguían en un beso infinito. Comienzo a tomar noción poco a poco del ambiente que nos rodea, siento bullicio, personas hablando, risas, bocinas de automóviles. Entonces abro los ojos, y situó tristemente mi cuerpo en el espacio real en el que me encuentro….sentada en un micro-bus, …sola, de regreso a casa.