EL TIGRE Y EL DRAGON

Cierto día, se encontraba la Muerte en su fúnebre palacio pensando muy triste el porque las personas no anhelaban ir a su reinado. No lograba entender como los humanos no deseaban llegar a un lugar donde no había que trabajar, caminar, subir y bajar montañas, no había guerras ni ideologías, todo era simplemente paz y eterno descanso. Salió a mirar por uno de los ventanales de su gran palacio y miro de lejos el mundo de los vivos. Todo era muy ajetreado, los hombres eran seres muy ocupados. Ni siquiera se detienen a observar la hermosura que les rodea- pensó para sus adentros. Si tan solo yo tuviera un pedacito de vida aquí en mi palacio, solo un trocito!!!

Mientras pensaba en ello observó una mariposa posarse sobre una flor. La contemplo por largo tiempo, hasta que pensó: Tal vez si traigo una mariposa hasta mi palacio pueda sentir la sensación de estar vivo e incluso los humanos se entusiasmen en venirse prontamente a mi reino.

Fue así que decidió disfrazarse de duende y se dispuso ir en busca de la mariposa. Una vez que la encontró, intento seducirla de todas formas, solo enamorada la mariposa aceptaría irse con el. Poco a poco conquisto su corazón, ella jamás se había sentido tan apreciada y respetada por los humanos como lo sentía ahora con el duende.

Te quiero, y me sentiría feliz contigo porque eres el complemento a mi persona- dijo el duende.

Pero es que lo nuestro es un tanto imposible, somos diferentes, aun cuando ya mi corazón sea tuyo, no debemos hacer realidad la fantasía- dijo la mariposa.

Lo se, pero te quiero, eres alguien que me ha enseñado a soñar y eso no lo olvidaré jamás, si sabes leer mi corazón, veras que solo hay amor por ti. No se si prospere en esta vida u en la otra, pero lo que más desearía es que sintieras que esto que siento por ti es real-dijo el duende.

Es que tengo miedo, aun cuando quisiera dejar todo por ti, no dejo de temer que no resulte lo de nosotros-susurraba la mariposa. Y agregó- pero te quiero, y prefiero vivir aunque sea un instante a tu lado, a vivir sin ti eternamente, no se que hiciste, pero mi corazón ya no me pertenece, sino solo a ti.

El duende estaba feliz, no tan solo había logrado la compañía de la mariposa, también estaba sintiéndose querido por primera vez.

Seremos como el ying y el yang!!! Seremos el equilibrio perfecto, tu serás el TIGRE y yo el DRAGON-gritaba contento el duende.

La mariposa solo batía sus alitas sonrientemente.

Espérame hasta que anochezca, vendré por ti y no olvides….te quiero-le dijo el duende a su mariposa con dulzura.

El duende no cabía en si de la felicidad, se fue a palacio corriendo, saltando, cantando, estaba emocionado. Llegando a palacio se echo en un viejo sofá negro, no entendía lo que le ocurría, sonreía y no sabia como controlar aquello, la alegría era demasiado grande. Mientras miraba el techo emocionado, comenzó a escudriñar lo que estaba sintiendo, lo podía describir en una sola palabra, se sentía por primera vez “vivo”. Luego recordó a su mariposa y su amor por ella le conmovió, no podía ser egoísta, si la traía a palacio solo duraría unos instantes, pero moriría, finalmente desfallecería pues aquel lugar estaba vetado para cualquier criatura viva. Entonces lloró… y luego pensó: la vida es algo maravilloso y por más que le tenga cariño a mi linda mariposa, no puedo privarle de su vida.

Esa noche se reunieron por última vez. Fue la noche más triste que haya habido en la faz de la tierra. Entendían que jamás podrían estar juntos, aun cuando su amor fuese verdadero, la realidad les separaba.

Jamás te olvidare, le dijo el duende.

Te llevare siempre conmigo y por favor….. nunca me olvides-dijo la mariposa.

Jamás lo haré, el olvido es la muerte completa de la existencia y tu vivirás eternamente en mi corazón- dijo el duende.

Desde ese día nunca más se volvieron a ver, pero hasta el día de hoy el uno piensa en el otro. De hecho, fue tanto el amor entre ambos, que hoy en día la mariposa busca ese alguien que lleve en si el símbolo de su complemento perfecto, el dragón. Mientras que ella lleva la marca del tigre para ser distinguida ante su amor eterno, y mientras haya vida, mientras haya muerte, siempre existirán como dos extremos que buscan fundirse como parte de un complemento perfecto, como el TIGRE y el DRAGON.